“Hija mía, cuánto me desagrada ver al alma encogida en sí misma, verla
obrar sola, pues estando junto a
ella la miro y viéndola muchas veces que no sabe hacer bien lo que hace,Yo estoy esperando que me llame y me diga: ‘Quiero hacer esta cosa y no sé hacerla, ven Tú a hacerla junto conmigo y todo sabré hacer bien.’ Por ejemplo: ‘Quiero amar, ven junto conmigo a amar; quiero rezar, ven Tú a rezar junto conmigo; quiero hacer este sacrificio, ven Tú a darme tu
fuerza pues yo me siento débil.’ Y así de todo lo demás, y Yo con mucho gusto, con sumo placer mío me prestaría a todo.” Agosto 12, 1912 vol. 11