Actos en el Querer Divino: rayos del acto de Dios Ùnico - Eterno
Sí la oración, personal o comunita, es el acto por el cual cada hombre se une a Dios y el alma se eleva a Dios, con la oración de las Rondas ( Giros ), Luisa nos lleva a una dimensión superior, a fusionarnos con Él , a través del ejercicio espiritual de girar por todo lo que Dios ha hecho: creación, redención, santificación. Dando a Dios lo que es de Dios, estableciendo con Él una reciprocidad de amor que beneficia a la criatura que realiza las rondas y ésta, a su vez, "visita" e impetra al Rey del Supremo Fiat sobre la tierra.
El tercer Fiat es lo que toda criatura debe decirle a Dios para entrar en el Reino del Querer Divino, renunciando a todos los modos y formas de todo tipo de pecado voluntario y, realmente convirtiéndose, ya en esta tierra, en partícipe de la Omnipotencia Divina , la Riqueza Divina, la Realeza Divina, de la Divina Felicidad, con actos que le remiten a la eternidad, al Acto Eterno de Dios. En el Acto Único de Su exceso de Amor.
Nuestra ya eternidad está aquí y ahora, presente en cada acto de nuestra existencia. Cada momento de nuestra vida, así como cada acontecimiento, grande o pequeño, en la historia del Universo. Todo, desde el momento en que recibe la existencia, permanece para siempre. ¡Así que cada acto es imborrable, es para siempre! ¡Cada acto nuestro, en su momento, contiene el valor de la eternidad! Ningún acto perecerá, desaparecerá en la nada.
Es bueno entonces que, precisamente por que somos imagenes de Dios, voluntariamente, libremente, hagamos muchos actos, porque estos entran a formar parte del Acto Eterno de Dios. Cada uno de nuestros buenos actos nos guía al origen de Su Acto Eterno, Acto Único, contribuyendo al bien universal, porque en La Divina Voluntad, Jesús le explica a Luisa, que cada acto sirve al bien universal, al bien de todos, a nadie hace un lado y,haciendouso de Su Omnipotencia, une a todas las criaturas ya sus actos, excepto al pecado, porque el mal no entra en Ella .. Y si bien es un solo acto, por su omnipotencia, une todo y hace todo como solo había uno. Tal fue la concepción de la Virgen María: en su omnipresencia e inmensidad, Dios llamó a todas las criaturas, todos sus actos buenos presentes, pasados y futuros como si resultara una sola, para que esta Concepción se formara sobre todo y sobre todas las cosas , hijos ya María, el derecho de Madre de todos.
Pero, ¿cómo es posible tanto poder, tantos actos en uno, que se forman al obrar en la Divina Voluntad? A esta oración que tanto Luisa y así mismo hacemos nosotros, Jesús responde con la imagen del sol. Éste da luz a toda la tierra, porque es más grande que la tierra, porque posee la fuerza única y completa de la luz, posee la fuente de los colores, de la fecundidad y de la variedad de dulzura. Por eso, al ser el sol más grande que la tierra, puede dar luz a toda la tierra, puede dar la variedad de colores a las flores, la dulzura diferente a las plantas y frutos. One es el acto que hace el sol en su grandeza y magnificencia, y con este único acto hace tanto, que mantiene cautivada a la Tierra entera, dando cada cosa en su propio acto distinto. Cuando su luz toca la tierra, vemos que sus efectos se transforman en actos y ni uno solo se pierde.
Ahora, con mayor razón la Divina Voluntad, así como es interminable y con un solo acto produce la fecundidad de todos los demás actos, el alma que vive en Ella posee la fuente de sus actos, su fecundidad. Esta es la razón por la que, en el alma donde el Querer Divino reina y domina, no change el régimen ni los caminos y, a medida que actúa en ella, sus actos se manifiestan con la multiplicidad y la fecundidad de Sus actos divinos.
En la Patria Celestial, reina el acto Único y Universal, una es la voluntad de todos, un solo querer, nadie realiza ni desea otra cosa, cada bendita alma siente el Divino Querer como vida propia y al tener todos one voluntad, se forma the sustancia de la felicidad de todo el cielo. No hay nada que la Divina Voluntad no pueda hacer, en ella no puede haber actos rotos, sino un acto continuo y universal, y como en el Cielo reina con todo su triunfo y pleno dominio, en ella, toda la naturaleza siente su vida universal y está llena hasta el borde de todos los bienes que Ésta posee... La Divina Voluntad mantiene a todos los bienaventurados absortos, ensimismados, fusionados en Ella misma, como si sucediera uno.
Sin embargo, ¿creemos que solamente en el Cielo este Acto Universal se extiende y comunica sobre la vida palpitante de cada criatura?
No, no, lo que Ella hace en el Cielo, lo hace también en la tierra... Su Acto universal se extiende a cada criatura y quién vive en Ella siente de la criatura, con su incesante movimiento si derrama siempre en ella, sin cesar, y la feliz criatura que la hace reinar, la siente en todas partes, por dentro y por fuera. Su acto universal lo mantiene rodeado por todos lados, de modo que no puede salir de la Divina Voluntad... Quien no siente la vida del Cielo en su alma y no siente ese acto universal, es porque no se ha dejado dominar por la Divina Voluntad, entrega de libertad para hacerla reinar.
Todos los actos de Dios forman un único acto que abraza todo y que reúne en sí a todos los demás actos. En la creación del hombre, one fue el Acto, y de este Único Acto salió de Dios: la santidad, el poder, la sabiduría, el amor, la belleza, la bondad... en suma, no hubo cosa alguna que saliera de Dios, que no fuera infusa en el hombre. De todo tomaba parte, porque cuando la Divina Voluntad actúa, no sabe cómo hacer las cosas a la mitad. Y lo que hace en el cielo, lo hace en la tierra, es por eso que Su acto es Unico y Universal.
Y todos los actos realizados en el Querer Supremo, no pueden permanecer en la tierra. Es Querer Divino el que, como un imán, los retira de su origen y les da nacimiento en la Patria Celestial. Y es tanto el valor de estos actos que los Ángeles se estiman afortunados de recibirlos... sintieron en estos actos el eco del Fiat Divino
… El Hombre, al hacer su voluntad, salió de la unidad de la Divina Voluntad y todos sus actos perdieron la fuerza de esta unidad y quedaron dispersos, divididos entre sí, vaciados de la plenitud de luz de los actos divinos. Ahora, quien recibe como don, el llamado a vivir en el Querer Divino, va reuniendo todos los bienes (actos) dispersos por las criaturas y forma un solo acto, y estos actos se determinan en el derecho de aquellos que hacen y viven en el Fiat Divino. No hay bien que no puedan tomar aquellos que viven en Mi Querer: con la fuerza de bilocación de este llamado, reúne y une a todos los actos y, ordenándolos todos en el Fiat Divino, devuelve todo a Dios y Dios lo da todo.
Queremos que la criatura viva en Nuestro Querer,
Para asegurarnos de que sus actos y los nuestros estan fusionados y que son de un tono, de un Sólo Querer.
¡FÍAT!
ricardina