ORACIONES INICIALES

martes, 28 de julio de 2020

EL TERCER FIAT

El tercer Fiat completará la Gloria, el honor del Fiat de la Creación y será confirmación y desarrollo de los frutos del Fiat de la Redención. Estos tres Fiat semejarán a la Sacrosanta Trinidad sobre la tierra.

Yo me sentía aniquilada al pensar en este bendito Fiat, pero mi amable Jesús ha querido aumentar mi confusión, me parece que quiere jugar conmigo proponiéndome cosas sorprendentes y casi increíbles, tomándose placer al verme confundida y más anulada, pero lo que es peor, es que me veo obligada por la obediencia a ponerlas por escrito para mi mayor tormento.

Entonces, mientras rezaba, mi dulce Jesús apoyaba su cabeza en la mía y con su mano se sostenía la frente, y una luz que venía de su frente me ha dicho:

“Hija mía, el primer Fiat fue dicho en la Creación, sin intervención de ninguna criatura. El segundo Fiat fue dicho en la Redención y quise la intervención de la criatura, y escogí a mi Mamá como cumplimiento del segundo Fiat.

Ahora, a cumplimiento quiero decir el tercer Fiat, y lo quiero decir por medio tuyo, te he escogido a ti para cumplimiento del tercer Fiat. Este tercer Fiat completará la Gloria, el honor del Fiat de la Creación, y será confirmación, desarrollo de los frutos del Fiat de la Redención.

Estos tres Fiat reflejarán la Sacrosanta Trinidad sobre la tierra, y tendré el Fiat Voluntas Tua como en el Cielo así en la tierra. Estos tres Fiat serán inseparables, el uno será vida del otro, serán uno y trino, pero distintos entre ellos. Mi Amor lo quiere, mi Gloria lo exige, porque habiendo sacado del seno de mi Potencia creadora los primeros dos Fiat, quiere hacer salir el tercer Fiat, no pudiéndolo contener más mi Amor y esto para completar la obra que salió de Mí, de otra manera quedaría incompleta la obra de la Creación y de la Redención.”

Yo al oír esto he quedado no sólo confundida, sino como aturdida y decía entre mí:

“¿Será posible todo esto?

Hay tantos, y si esto es verdad, que me ha escogido a mí, me parece que sea una de las acostumbradas locuras de Jesús.

Además, ¿qué cosa podría hacer, decir, dentro de una cama, medio lisiada e inepta cual soy?

¿Podría yo hacer frente a la multiplicidad e infinitud del Fiat de la Creación y de la Redención?

Siendo mi Fiat semejante a los otros dos Fiat debo correr junto con ellos, multiplicarme con ellos, hacer el bien que hacen ellos, entrelazarme con ellos. ¡Jesús, piensa lo que haces! Yo no sirvo para tanto.”

¿Pero quién puede decir todos los desatinos que decía?

Entonces mi dulce Jesús ha regresado y me ha dicho:

“Hija mía, cálmate, Yo escojo a quien me place; has de saber que todas mis obras las inicio entre Yo y una sola criatura, después son difundidas.

En efecto, ¿quién fue el primer espectador del Fiat de la Creación?

Adán, y luego Eva; no fueron ciertamente una multitud de gentes, pero después de años y años han sido espectadores turbas y multitudes de pueblos.

En el segundo Fiat fue espectadora solamente mi Mamá, ni siquiera San José supo algo; mi Mamá se encontraba en mayores condiciones que las tuyas, era tanta la grandeza de la fuerza creadora de mi obra que sentía en Sí, que confundida no sentía la fuerza de decir una sola palabra a ninguno, y si después San José lo supo, fui Yo quien se lo manifesté.

Y así en su seno virginal, como semilla germinó este Fiat, se formó la espiga para multiplicarlo, y luego salí a la luz del día, ¿pero quiénes fueron los espectadores?

¡Poquísimos!

Y en la estancia de Nazaret los únicos espectadores eran mi amada Mamá y San José; cuando mi Humanidad creció, salí y me hice conocer, pero no a todos, luego se difundió más y se difundirá aún.

Así será del tercer Fiat, germinará en ti, se formará la espiga; sólo el sacerdote tendrá conocimiento, luego pocas almas, y después se difundirá, se difundirá y hará el mismo camino que la Creación y la Redención. Por cuanto más te sientes aniquilada, tanto más crece en ti y se fecunda la espiga del tercer Fiat, por eso sé atenta y fiel.”

24 de enero de 1921
Vol. 12 - Luisa Piccarreta

domingo, 26 de julio de 2020

FIAT CREANDOR-REDENTOR-SANTIFICADOR


"En verdad les digo: El que crea en mí hará las mismas obras que yo hago, y como ahora voy al Padre, las hará aún mayores" (Jn 14,12).

Luisa escribe que todo está en la Divina Voluntad, la cual quiere operar en todo. Para crecer en Ella, debemos llamarla en todo lo que hagamos, tanto en lo natural como lo espiritual, de manera que extienda su Vida en todo, en cada uno de nuestros actos más pequeños.

 La Voluntad Divina, a las almas que la invocan, da Su Amor para ser amada, Su santidad para santificarlos, Su luz para eclipsar sus pasiones, sin disminuir de ninguna manera, su voluntad humana.

Cada cosa creada (Fiat Creador), 
Cada acto de la Humanidad de Jesús (Fiat Redentor), 
Cada acto del Espíritu Santificador 
(Fiat Santificador), tiene un valor y efectos infinitos para el bien de todos, porque están animados por la Divina Voluntad, por la Naturaleza Divina de Dios. 

La vida divina, a la cual estamos llamados, consiste en profundizar cada vez más en la experiencia de vida, interior, religiosa y moral, de Jesucristo, convertirnos en lo que el Padre tenía en mente al crearnos, fieles a nuestro verdadero ser, hechos a imagen y semejanza de Dios.

Es por esto que se necesita tanta constancia y alimento divino, extraido de todo lo que lo contiene, para alcanzar un nivel superior y unirnos con la Voluntad Divina. 

Fusionarse en la Divina Voluntad y convertirse en lo que Ella contiene, significa precisamente reconocer este alimento divino a través canales de amor, gracias y comunicación entre las cosas creadas, tomarlo y alimentar la semilla de la Vida Divina que Dios ha colocado en nosotros, hacerla crecer y crecer y traerle a todos, para agradecer y amar a Dios por todos. 

La vida divina crece en el alma, con tanta energía que puede compararse con ese niño que, creciendo en buen aire y con alimentos saludables, siempre crece bien, con buena salud, hasta que alcanza una altura razonable, sin necesidad de médicos ni de medicinas, de cierto tan fuertes y fuertes que incluso levanta y ayuda a los demás.

Al orar las Rondas, el alma realiza un peregrinaje piadoso por todo el Universo, entra en contacto con las cualidades divinas difundidas en la creación y con actos de amor, alabanza, acción de gracias, bendición y reparación, aprende a vivir en el Reino de la Divina Voluntad e impetrar su venida sobre la tierra.

Partiendo de la Creación y uniéndose con ella, el alma penetra con sus actos en la vida del Fiat Supremo que sostiene y dio origen al mundo y pronunciando su fiat en el Fiat Creador le da a la creación el intercambio de amor por todas las cosas creadas, les da voz e imprime un te amo por cada estrella en el cielo, por cada gota de agua contenida en el mar, por cada brizna de hierba que crece en la tierra.

En estos giros que el alma hace en la Divina Voluntad, nada hay de interés personal, sino que todo es sólo para la gloria de Dios. Aquí se encuentra todo Su poder creador, como en el acto de poner en la gran máquina del Universo, canales infinitos de gracias y de amor especial entre la Suprema Majestad y la criatura. Son poderosos y santos estos actos universales y se multiplican hasta el infinito a través de la savia que circula por todo el Universo porque en cuanto una cosa creada es alcanzada, como todo es parte de la misma Cabeza, entonces todas las demás cosas son alcanzadas. El poder creador y preservador de la Divina Voluntad se está llevando a cabo una vez más. Es como si estuviéramos presenciando una nueva creación. Y es el mismo Jesús quien afirma esto cuando le dice a Luisa que los actos en la Divina Voluntad pueden crear cosas más hermosas que las que ya se han hecho, mundos más hermosos que los que ya han sido hechos, mundos de todos los mundos.

En esta fusión en la Voluntad Divina, el alma, volviendo a la creación, puede hacer aún más y alcanzar el punto en el que Adán separó su voluntad de la Divina y, extinguiendo su voluntad en la Divina, reparar el acto de orgullo de Adán y así restaurar toda la gloria a la Voluntad Suprema, como si Adán nunca se hubiera separado de Ella, como si la Voluntad Divina jamás hubiese sido ofendida.

Después de la Creación, el alma pasa a la Redención con nuevos actos que acompañan a Jesús en su vida en la tierra, para participar en los actos que Jesús ha vuelto a realizar por cada criatura. Y Jesús siempre le dice a Luisa que, como la Majestad Suprema manifestó tanto amor a la humanidad en todas las cosas creadas por su Fiat Todo-Poderoso, fue justo que su Hijo Divino, en su propio Fiat, en el que trabajó la Redención, re-hiciera tantos actos para compensar por tanto amor. Su primera tarea, cuando vino a la tierra, fue formar muchos actos en el Fiat Eterno por cada acto hecho por El Padre Celestial en la Creación y entrelazar a los dos FIATs, para hacer que otro Fiat humano y divino surjiera de la tierra para mutuamente besarse, entretejerse y reemplazar el intercambio de amor por todas las criaturas. 

Ahora esta tarea pasa directamente a las criaturas, de las cuales Luisa es la primera, para formar muchos actos en el Fiat Santificador, entretejiéndolos con los de la Creación y la Redención.

El Fiat Creador que dispersó tanto amor en el Universo tuvo su compañía dulce y armoniosa con Fiat Redentor, pero ahora, este Fiat no quiere quedarse en un par, quiere un tercero, quiere el tercer Fiat, donde el Espíritu Santo es el protagonista que regresa a los bautizados la semejanza divina. Si en Fiat Creador nuestros actos están en comunicación con el poder creativo del Padre y en Fiat Redentor claman nuestro perdón junto con las heridas de Jesús, en el Fiat Santificador restauran al Padre toda la Gloria que Le es debida. 

Estos son actos solemnes que ponen el cielo y la tierra en movimiento. Con ellos entramos en la esfera de las Santísima Trinidad. Se relacionan con el acto único y continuo de Dios, ayudan a los pecadores, liberan a las almas del purgatorio. Tienen un efecto universal, pero sólo Jesús, en Su Divina Voluntad, sabe cómo dirigirlos. Con la creación de la criatura en la Divina Voluntad, la Divina Majestad sentirá en ella el eco de Su Voluntad, la fuerza generadora que siempre genera amor y gloria y la continua repetición de Su propia Vida, de Sus propios actos ... donde reina el Fiat, que continuamente genera sin fin, dando vida a nuevas y grandes obras que servirán como el adorno más hermoso de la Divina Patria Celestial.



Vida mia,entro en Tu Querer Divino

para poder expandirme en todo y en todos.

Quiero sellar todo con Tu Querer,

para que así puedas recibir de todos

la gloria de Tu Poder,

de Tu Amor,

de Tu Santidad.



FIAT!

LOS TRES FIATS Y ACTO PREVENTIVO y ACTO ACTUAL

LOS TRES FIATS: 

Jesús a Luisa: "Hija mía, el primer Fiat fue dicho en la Creación, sin intervención de ninguna criatura.  El segundo Fiat fue dicho en la Redención y quise la intervención de la criatura, y escogí a mi Madre como cumplimiento del segundo Fiat.  Ahora, a cumplimiento quiero decir el tercer Fiat, y lo quiero decir por medio tuyo, te he escogido a ti para cumplimiento del tercer Fiat.  Este tercer Fiat completará la gloria, el honor del Fiat de la Creación, y será confirmación, desarrollo de los frutos del Fiat de la Redención.  Estos tres Fiat reflejarán la Sacrosanta Trinidad sobre la tierra, y tendré el Fiat Voluntas Tua como en el Cielo así en la tierra.  Estos tres Fiat serán inseparables, el uno será vida del otro, serán uno y trino, pero distintos entre ellos.  Mi Amor lo quiere, mi gloria lo exige, porque habiendo sacado del seno de mi Potencia creadora los primeros dos Fiat, quiere hacer salir el tercer Fiat, no pudiéndolo contener más mi Amor y esto para completar la obra que salió de Mí, de otra manera quedaría incompleta la obra de la Creación y de la Redención."

fiatgarabandal@gmail.com

ACTO PREVENTIVO (versión corta) y ACTO ACTUAL

AP.:  Santísima Trinidad, te doy las gracias y te alabo por este nuevo día. Al colocar mi voluntad en la tuya, afirmo y digo que quiero vivir y actuar en tu Voluntad. Al hacer este Acto Preventivo, ordeno todos los actos de este día según Tú.

AP y AA.: Jesús, quiero entrar en ti*, ser una contigo y ser transformada en ti. Tomo lo que encuentro en ti: encuentro mi vida perfectamente reparada y la vida  de todos los hombres, pasados, presentes y futuros. Ahora tomo esta vida y se la ofrezco al Padre en adoración, alabanza y gratitud.  Así tendrá una acto perfecto de correspondencia a su amor.

Dice Jesús a Luisa el 14 agosto, 1912: Hija mía, para  que el alma pueda olvidarse de sí misma, debe hacer de manera que todo lo que hace y que le es necesario, lo haga como si yo lo quisiera hacer en ella: si reza, debe decir, es Jesús que quiere rezar, y yo rezo juntamente con ella.....y así de todo lo demás de la vida...excluyendo los errores. Sólo así puede el alma olvidarse de sí misma, porque no solo hará todo porque lo quiero Yo,  sino, porque lo quiero hacer Yo, me necesita a Mï.

Jesús quiere de esta manera que nos acostumbremos a la idea de que no podemos existir separados de El.

*Volumen 16: Hija mía....no es el amor y el obrar de la criatura en mi Voluntad lo que me hace encontrar y me multiplica; en cambio, cuando el alma ENTRA en mi Querer, es el amor de ella, son sus actos que llenándose de virtud divina hacen surgir mi Vida.



La doctrina sobre mi Voluntad es la más pura, la más bella, no sujeta a sombra de materia o interés, tanto en el orden natural como en el orden sobrenatural; por eso será a manera de sol la más penetrante, la más fecunda y la más bienvenida acogida.    Volumen 16



Leer más: https://cristinajhs.webnode.es/coloquio-con-jesus/

sábado, 25 de julio de 2020

LOS TRES FIAT



la salida del Paraíso y todo lo que el hombre perdió y como quedó viviendo en el destierro y algunas historias de personajes del Antiguo Testamento. Esta primera columna dura cuatro mil años, hasta la venida de Jesús, por el “Fiat Mihi secundum verbum tuum: hágase en mí según tu Palabra”, de María, que es cuando comienza la segunda columna: La Redención, que se le atribuye al Hijo; aquí vemos a Jesús y María como el Nuevo Adán y la Nueva Eva, especialmente, se ven en María las condiciones que tenían Adán y Eva antes del pecado, también, se ve aquí la Institución de los Sacramentos, la Iglesia y la Santidad humana. Esta columna dura dos mil años, que ya se cumplieron, por lo tanto, estamos siendo actores y espectadores de un cambio, lo podemos llamar así de columna, de la Redención a La Santificación, que unidas las tres obras en las tras columnas se entiende bastante claro, por esto Jesús le revela a Luisa Piccarreta los 36 volúmenes de la Divina Voluntad, para que nos preparemos para este cambio. La Santificación se le atribuye al Espíritu Santo, “Fiat voluntas tua sicut in coelo et in terra: Hágase tu Voluntad aquí en la tierra como en el Cielo”. Esta tercera columna se refiere al Reino de Dios instaurado aquí en la tierra. Si vemos, la Creación se basa en el Antiguo Testamento, la Redención en el Nuevo Testamento, ambos son Testamentos de una herencia, que es el Reino de Dios. Estas tres columnas se ven secuencialmente en modo vertical, pero tienen también relación horizontal. Los ítems que conforman las tres columnas son citas Bíblicas de las Sagradas Escrituras, Antiguo y Nuevo Testamento, Catecismo de la Iglesia Católica, doctrina de la Iglesia y citas de los escritos de la Divina Voluntad

HOMILIAS sobre "El Arbol de la Vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal"



Padre Pedro Rubio hdv

HOMILIA II. (Mt 24,42-51) 31/08/1999.

La luz disipa las tinieblas, es decir, el Espíritu de la Verdad hace que se vaya el espíritu de las tinieblas puesto que la Verdad es el perfecto exorcismo.

Por el pecado entró la ausencia de luz, de paz, de sabiduría, de verdad, de felicidad y de todo bien. Esta ausencia de luz trajo como consecuencia el conocimiento del bien y del mal (árbol del conocimiento del bien y del mal) que existe dentro del hombre; de manera análoga existe el paraíso terrenal como un estado del alma.

Desde entonces Dios ha venido manifestándose al hombre de diferentes modos, de acuerdo con su capacidad, con la única finalidad de hacer regresar al hombre al orden para el que fue creado. Más adelante con la venida de Jesús a la tierra, nos deja algunos signos que ayudan al hombre a recibir su gracia como lo son: los sacramentos, su palabra, la Iglesia y los santos, signos que producen efectos según la disposición del hombre.

Es así como los sacramentos se convierten en signos por medio de los cuales Dios nos participa la gracia o vida divina. La Eucaristía y la Confesión, por ejemplo, son signos sensibles que Dios nos da a través de los sentidos, a diferencia de los sacramentales, que no son lo que significan, pero sí dan lo que significan (por ejemplo: el agua bendita no es la gracia de Dios, pero sí la comunica). Los sacramentos, por el contrario, no sólo significan la gracia, sino que son lo que significan (por ejemplo, la Eucaristía no sólo significa Cristo, sino que es Cristo).

Por consiguiente, este modo de obrar de Dios por medio de signos era necesario, puesto que el hombre no hubiera sido capaz de recibir la plenitud de su gracia sin signos sensibles. No obstante, la Voluntad de Dios viene a ser el Sacramento de los sacramentos. Este Sacramento debe ser recibido como un don de Dios, el cual debe acogerse primero en la fe: "creer", esto purifica el alma y le hace creer en el amor infinito, la misericordia y el perdón infinito de Dios, de modo que el alma se disponga primero, y luego se dé totalmente, recibiendo esa gracia continuamente, que en un principio se da prestada y luego con su continua llamada se otorga como don.

Uno de los sacramentales es el exorcismo, el cual debe distinguirse de las oraciones de liberación, que por cierto, en su mayor parte son un desorden, y hacen más daño que bien al alma.

El exorcismo más perfecto es la Verdad, que se pronuncia con el conocimiento y el entendimiento de la Voluntad de Dios de una manera perfecta, hasta llegar al punto en que la luz de la Divina Voluntad se haga una con nosotros, es decir, hacernos luz, puesto que ella está dentro de nosotros, es una transformación en Jesús, en Verdad, en Paz, en Bien, realizada en la fe.

Por lo tanto, la Verdad es lo que más ayuda a los exorcismos, de aquí que una perfecta liberación se da durante varias sesiones, con el propósito de ayudar al alma a crecer esforzándose por no volver a caer en el pecado.

De esta manera, la Verdad va entrando en el alma poco a poco, hasta tal grado que el demonio deja de molestar al alma, en otras palabras, cuando el alma deja de comer del árbol del bien y del mal, y come sólo del árbol de la Vida, llegando al punto del olvido de todo y aun de sus mismas penas (las que aprovecha el alma para transformarlas en luz), su mirada y su pensamiento están fijos en el Amor y no en la tempestad.

Es así como con la venida del Reino de Dios el demonio será atado por medio de la Luz perfecta que sólo se alcanza en la Divina Voluntad. Toda tiniebla desaparecerá totalmente.

Sin embargo, aun cuando el demonio haga alguna cosa, siempre resultará en un bien mayor (todo lo que Dios permite es para un mayor bien). Por consiguiente, no debemos tener miedo de la tentación, ni del pecado, basta voltear la mirada a la Luz, abrazarla y decir "Dios me ama", y esto hace que venga la perfecta paz. Siempre debemos ver la esencia: "Dios es amor y punto"; lo que quiera turbarnos, por ejemplo las dudas o el no entender algo, hagámoslo a un lado, pues ya lo entenderemos cuando Dios quiera, y si Él quiere. De esta manera, no nos dejemos turbar jamás, ni siquiera por el pecado mismo, porque "Dios nos ama".

Así, con la confianza y la generosidad atraemos a Jesús, y con amoroso atrevimiento le decimos "mira Señor, yo no necesito que nunca más tú me manifiestes tu amor sensiblemente, porque tengo la certeza absoluta de tu amor, pero si tú lo quieres, que sea sólo por ti".

Tal vez nos gustaría que se nos apareciera Jesús y nos llevara al cielo como a Luisa y estuviéramos en éxtasis, y que un día nos encontraran arriba de un árbol, pues sí, a la naturaleza le gusta y es el deseo natural de la visión beatífica de un día ver a Jesús así, cara a cara; pero no alimentemos eso porque por ahí puede entrar la tentación de que, como Dios no se nos manifiesta así, Dios no nos ama. La esencia es "Dios te ama, punto", y vivir como un idiota enamorado de Dios, no enamorado porque sentimos el enamoramiento, sino porque Él está enamorado de nosotros.

Debemos llegar a ser un sol, de tal tamaño, que abarque todas las tinieblas, es decir, que se las trague, hasta que no existan, hasta que desaparezcan, ser un sol del tamaño del universo e infinito a la infinita potencia. Dios es así, en Dios aun la noche más obscura es como si fuera pleno mediodía; debemos ver incluso en la obra del demonio, el amor de Dios infinito, y entender que él no es más que un pobre perro (y esto ya es un piropo para él), que está amarrado, y que no hace más que la Voluntad de Dios. Entender la esencia: que Dios se sirve de todo para bien de los que le aman, creer en la plenitud de la Verdad; esto es el perfecto exorcismo (autoexorcismo), el cual consiste simplemente en repetirnos "yo sé que Dios me ama" y comenzar a pensar y entender que Dios nos ama, que es infinito amor a la infinita potencia, y entonces, el demonio se siente derrotado y nos deja. En los casos en que el demonio persiste, es porque Dios nos ve con dudas, porque decimos: "sí, yo sé que Dios me ama, pero...", Dios sabe que nos falta un poquito para convencernos más y ejercitarnos más en la meditación de su amor. Así, Dios permite que todavía nos sucedan algunas cosas para convencernos más, para alcanzar una mayor paz, una mayor serenidad, un mayor amor, hasta que llegue el punto en que no exista el miedo, y que si algún día lo sentimos en nuestra naturaleza, digamos "no soy yo, Dios está permitiendo esto por algo"; el fondo debemos tener una perfecta paz y felicidad, nuestra naturaleza tiembla de miedo porque es débil, miserable, cobarde, pecadora, pero nuestra esencia ya entendió que Dios nos ama, que Dios es Luz. Entonces sucederá en nosotros lo que sucedió en la Humanidad de Cristo, pues somos una segunda humanidad, una humanidad añadida de Cristo, estamos sufriendo en nosotros lo que falta a la pasión de Cristo, su misma pasión (Cf. Col. 1,24), es decir, la pasión de toda la humanidad, que en el fondo no es otra cosa que la pasión de la privación de la humanidad en Dios, y que nosotros sufriendo la privación de Dios en nuestra humanidad, estamos haciendo perfecta reparación.

Cuando estemos absoluta, perfecta e infinitamente convencidos de la Verdad, veremos la potencia de nuestras palabras cuando nos toque hablar con alguien por cualquier motivo, y con sencillez diremos que fue Dios, sin atribuirnos nada a nosotros, incluso diciendo para nosotros mismos: "a mí me sorprendería que no hubiera sido así, pues si es Dios quien habla, y yo creo, ¿cómo puede ser posible que no suceda esto?", no obstante, no nos sorprendamos cuando hablemos y nadie nos haga caso, pues el mismo Jesús estuvo entre nosotros, y los suyos no le entendieron. Todo es cuestión de ponerle luz y no ponerse a dudar, encendamos la luz, digamos "Fiat", y ya está hecho. ¿Creemos o no creemos?, aquí no cabe el "sí, pero...", ¿creemos o no creemos?, Dios nos ama y nos ha dado el don de su Voluntad ¿sí o no? Encendamos la luz, digamos sí, y basta.

Somos recién concebidos, comenzamos a aprender cómo se vive esta realidad; vivamos con disposición ese "ser un recién concebido que no sabe nada", somos un feto en la Divina Voluntad, esto es de gran consuelo. Volvamos a la verdad esencial "Dios te ama", entendamos el contenido de ese "Dios te ama", ese es nuestro único trabajo; con esto vendrá todo: creación, redención, santificación y todas sus ramas, bautismo, sacramentos, el sacramento de la Divina voluntad que es la doctrina para aprender y conocer la historia del amor de Dios para conmigo y para con cada uno de mis hermanos.


11-28 214 de 1912 con su vida oculta Jesús santificó divinisó todas las acciones humanas

   Buenas noches, cómo estamos? Aquí nuevamente con su programa libro de cielo y acompañados por el doctor buenas un programa en estamos tra...