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JESÚS ANTE PILATOS PILATOS LO ENVÍA A HERODES |
Jesús ante Pilatos. Pilatos lo envía a Herodes
Gracias te doy, oh Jesús, por llamarme a la unión
contigo
por medio de la oración, y tomando tus pensamientos,
tu
lengua, tu corazón y fundiéndome toda en tu Voluntad y
en tu
amor, extiendo mis brazos para abrazarte y apoyando mi
cabeza sobre tu corazón empiezo:
Atado bien mío, tus enemigos unidos a los sacerdotes
te
presentan ante Pilatos, y ellos fingiendo santidad y
escrupulosidad, debiendo festejar la Pascua se quedan
fuera
en el atrio, y Tú, mi amor, viendo el fondo de su
malicia reparas
las hipocresías del cuerpo religioso.
También yo reparo junto contigo, pero mientras Tú te
ocupas
del bien de ellos, ellos en cambio comienzan a
acusarte ante
Pilatos, vomitando todo el veneno que tienen contra
Ti, pero
Pilatos mostrándose insatisfecho de las acusaciones
que te
hacen, para poderte condenar con motivo te llama
aparte y a
solas te examina y te pregunta:
«¿Eres Tú el rey de los judíos?» (Jn 18, 33)
Y Tú mi Jesús, verdadero rey mío respondes:
«Mi reino no es de este mundo; de lo contrario
millares de
legiones de ángeles me defenderían».
Y Pilatos conmovido por la suavidad y dignidad de tu
palabra, sorprendido te dice:
«¿Cómo, Tú eres rey?» (Jn 18, 37)
Y Tú:
«Es como tú lo dices, Yo lo soy, y he venido al mundo
para
dar testimonio de la Verdad». (Jn 18, 37)
Y Pilatos sin querer saber más y convencido de tu
inocencia,
sale a la terraza y dice:
«Yo no encuentro culpa alguna en este hombre». (Jn 18,
38)
Los judíos enfurecidos te acusan de tantas otras
cosas, y Tú
callas y no te defiendes, y reparas las debilidades de
los jueces
cuando se encuentran de frente a los poderosos y sus
injusticias, y ruegas por los inocentes oprimidos y
abandonados. Entonces Pilatos al ver el furor de tus
enemigos
y para desentenderse te envía a Herodes.
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Jesús ante Herodes
Mi Rey divino, quiero repetir tus oraciones y
reparaciones y
acompañarte hasta Herodes. Veo que tus enemigos,
enfurecidos, quisieran devorarte y te conducen entre
insultos,
burlas y befas, y así te hacen llegar ante Herodes, el
cual en
actitud soberbia te hace muchas preguntas, y Tú no
respondes,
no lo miras, y Herodes irritado porque no se ve
satisfecho en
su curiosidad y sintiéndose humillado por tu
prolongado
silencio, dice a todos que Tú eres un loco y sin
juicio, y como a
tal ordena que seas tratado, y para mofarse de Ti hace
que
seas vestido con una vestidura blanca y te entrega en
las
manos de los soldados para que te hagan lo peor que
puedan.
Inocente Jesús, ninguno encuentra culpa en Ti, sólo
los
judíos, porque su fingida religiosidad no merece que
resplandezca en sus mentes la luz de la verdad. Mi
Jesús,
sabiduría infinita, cuánto te cuesta el haber sido
declarado loco.
Los soldados abusando de Ti te arrojan por tierra, te
pisotean,
te cubren de salivazos, te escarnecen, te golpean con
palos, y
son tantos los golpes que te sientes morir. Son tales
y tantas
las penas, los oprobios, las humillaciones que te
hacen, que los
ángeles lloran y se cubren el rostro con sus alas para
no
verlas.
También yo, mi loquito Jesús, quiero llamarte loco,
pero loco
de amor, y es tanta tu locura de amor que en vez de
ofenderte,
Tú ruegas y reparas por las ambiciones de los reyes
que
ambicionan reinos para ruina de los pueblos, por las
destrucciones que provocan, por tanta sangre que hacen
derramar por sus caprichos, por todos los pecados de
curiosidad y por las culpas cometidas en las cortes y
en las
milicias.
Mi Jesús, cómo es tierno el verte en medio de tantos
ultrajes
orando y reparando, tus palabras repercuten en mi
corazón y
sigo lo que haces Tú. Y ahora deja que me ponga a tu
lado y
tome parte en tus penas y te consuele con mi amor, y
alejándote a los enemigos, te tomo entre mis brazos
para darte
fuerzas y besarte la frente.
Dulce amor mío, veo que no te dan reposo y que Herodes
te
envía nuevamente a Pilatos. Si doloroso ha sido el
venir, más
trágico será el regreso, porque veo que los judíos
están más
enfurecidos que antes y están resueltos a hacerte
morir a
cualquier precio. Por eso antes que salgas del palacio
de
Herodes quiero besarte, para testimoniarte mi amor en
medio
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de tantas penas, y Tú fortifícame con tu beso y con tu
bendición, y te sigo ante Pilatos.
+ + +
Reflexiones de la Decimoquinta Hora (7 AM)
13-18
Septiembre 16, 1921
Estaba haciendo la hora de la Pasión cuando mi dulce
Jesús
se encontraba en el palacio de Herodes vestido de
loco,
recibiendo burlas, y mi siempre amable Jesús,
haciéndose ver
me ha dicho:
“Hija mía, no solamente en aquel momento fui vestido
de
loco, escarnecido y recibí burlas, sino que las
criaturas
continúan dándome estas penas, más bien estoy bajo
continuas burlas y por toda clase de personas. Si una
persona
se confiesa y no mantiene sus propósitos de no
ofenderme, es
una burla que me hace; si un sacerdote confiesa,
predica,
administra Sacramentos, y su vida no corresponde a las
palabras que dice y a la dignidad de los Sacramentos
que
administra, tantas burlas me hace por cuantas palabras
dice,
por cuantos Sacramentos administra; y mientras Yo en
los
Sacramentos les doy la vida nueva, ellos me dan escarnios,
burlas, y al profanarlos me preparan la vestidura para
vestirme
de loco; si los superiores ordenan a sus inferiores
sacrificios,
oración, virtud, desinterés, y ellos llevan una vida
cómoda,
viciosa, interesada, son tantas burlas que me hacen;
si las
cabezas civiles y eclesiásticas quieren la observancia
de las
leyes, y ellos son los primeros transgresores, son
burlas que
me hacen. ¡Oh, cuántas burlas me hacen! Son tantas que
estoy cansado de ellas, especialmente cuando bajo
apariencia
de bien ponen el veneno del mal, ¡oh! cómo hacen de Mí
un
juego, como si Yo fuera su juguete y su pasatiempo,
pero mi
justicia tarde o temprano se burlará de ellos
castigándolos
severamente. Tú reza y repárame estas burlas que tanto
me
duelen, y que son la causa por la que no puedo hacer
conocer
quién soy Yo”.
Después, habiendo venido nuevamente, y como yo estaba
fundiéndome toda en el Divino Querer, me ha dicho:
“Hija queridísima de mi Querer, Yo estoy esperando con
ansia tus fusiones en mi Voluntad; tú debes saber que
conforme Yo pensaba en mi Voluntad, así iba modelando
tus
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pensamientos en Ella, preparándoles su lugar; al
obrar,
modelaba tus obras en mi Querer, y así de todo lo
demás.
Ahora, lo que Yo hacía no lo hacía para Mí, porque no
tenía
necesidad, sino para ti, y por eso te espero en mi
Voluntad
para que vengas a tomar los lugares que te preparó mi
Humanidad, y sobre las obras que preparé ven a hacer
las
tuyas, y entonces por ello estaré contento y recibiré
completa
gloria cuando te vea hacer lo que Yo hice”.
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13-35
Noviembre 22, 1921
Dicho esto ha desaparecido. Después ha regresado y ha
agregado:
“Hija mía, la pena que más me traspasó en mi Pasión
fue el
fingimiento de los fariseos, fingían justicia y eran
los más
injustos; fingían santidad, legalidad, orden, y eran
los más
perversos, fuera de toda regla y en pleno desorden, y
mientras
fingían honrar a Dios, se honraban a sí mismos, su
propio
interés, su propia conveniencia, por eso la luz no
podía entrar
en ellos, porque sus modos fingidos les cerraban las
puertas, y
el fingimiento era la llave que a doble giro de
cerradura,
cerrándola a muerte, obstinadamente impedía aun
cualquier
resplandor de luz, tanto que Pilatos, idólatra,
encontró más luz
que los mismos fariseos, porque todo lo que él hizo y
dijo no
partía del fingimiento, sino a lo más del temor, y Yo
me siento
más atraído hacia el pecador más perverso, no fingido,
que
hacia aquellos que son más buenos, pero fingidos.
¡Oh!, cómo
me da repugnancia quien aparentemente hace el bien, finge
ser bueno, reza, pero por dentro anida el mal, el
propio interés,
y mientras los labios rezan su corazón está lejano de
Mí, y en
el mismo acto de hacer el bien piensa cómo satisfacer
sus
pasiones brutales. Además, el hombre fingido en el
bien que
aparentemente hace y dice, no es capaz de dar luz a
los
demás, habiéndole cerrado las puertas a la luz, así
que obran
como demonios encarnados, que muchas veces bajo
aspecto
de bien atraen al hombre, y éstos viendo el bien se
dejan
atraer, pero cuando van en lo mejor del camino los
precipitan
en las culpas más graves. ¡Oh! cómo son más seguras
las
tentaciones bajo aspecto de culpa, que aquellas bajo
aspecto
de bien, así es más seguro tratar con personas
perversas, que
con personas buenas pero fingidas, ¿cuánto veneno no
esconden, cuantas almas no envenenan? Si no fuera por
los
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fingimientos y todos se hicieran conocer por lo que
son, se
quitarían las raíces del mal de la faz de la tierra, y
todos
quedarían desengañados”.
+ + +
14-32
Junio 1, 1922
Encontrándome en mi habitual estado, estaba siguiendo
las
horas de la Pasión de mi dulce Jesús, especialmente
cuando
fue presentado a Pilatos, el cual le preguntó cuál era
su reino, y
mi siempre amable Jesús me ha dicho:
“Hija mía, fue la primera vez en mi Vida terrena que
tuve que
tratar con un gobernante gentil, el cuál me preguntó
cuál era mi
reino, y Yo le respondí que mi reino no es de este
mundo, que
si de este mundo fuera, millones de legiones de
ángeles me
defenderían. Con esto abría a los gentiles mi reino y
les
comunicaba mi celestial doctrina, tanto que Pilatos me
preguntó: ‘¿Cómo, Tú eres rey?’ Y Yo inmediatamente le
respondí: ‘Rey soy Yo, y he venido al mundo a enseñar
la
verdad.’ Con esto Yo quería abrirme camino en su mente
para
hacerme conocer, y él, sintiéndose como golpeado me
preguntó: ‘¿Qué cosa es la verdad?’ Pero no esperó mi
respuesta, no tuve el bien de hacerme comprender, le
habría
dicho: ‘La verdad soy Yo, todo en Mí es verdad; verdad
es mi
paciencia en medio de tantos insultos; verdad es mi
mirada
dulce entre tantas burlas, calumnias, desprecios;
verdad son
mis modos afables, atrayentes, en medio de tantos
enemigos,
que mientras ellos me odian Yo los amo, y mientras
quieren
darme la muerte Yo quiero abrazarlos y darles la vida;
verdad
son mis palabras dignas y llenas de sabiduría
celestial; todo en
Mí es verdad”. La verdad es más que sol majestuoso,
que por
cuanto se quiera pisotear, surge más bello, más
luminoso y
hace avergonzar a los mismos enemigos, haciéndolos
caer por
tierra, a sus pies.
Pilatos me preguntó con ánimo sincero, y Yo le
respondí
inmediatamente, en cambio Herodes me preguntó con
maldad
y por curiosidad, y Yo no le respondí, así que a quien
quiere
saber las cosas santas con sinceridad, Yo me revelo
más allá
de lo que se quiere; en cambio, a quien quiere
saberlas con
maldad y para curiosear, Yo me le escondo, y mientras
éstos
quieren hacer burla de Mí, Yo los confundo y me burlo
de ellos.
Pero como mi persona llevaba consigo la verdad,
también ante
Herodes hizo su oficio, mi silencio ante sus
tempestuosas
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preguntas, mi mirada modesta, el aspecto todo lleno de
dulzura, de dignidad, de nobleza de mi misma persona,
eran
todas verdades, y verdades operantes”.
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14-76
Noviembre 24, 1922
Estaba pensando en mi dulce Jesús cuando fue
presentado
a Herodes, y decía entre mí: “Cómo es posible que
Jesús, tan
bueno, no se haya dignado decirle una palabra, ni
dirigirle una
mirada. ¿Quién sabe y a lo mejor aquel pérfido
corazón, ante la
potencia de la mirada de Jesús se hubiera convertido?”
Y
Jesús haciéndose ver me ha dicho:
“Hija mía, era tanta su perversidad e indisposición de
ánimo,
que no mereció que lo mirara y le dijera una palabra,
y si lo
hubiera hecho él se habría hecho más culpable, porque
cada
palabra mía o mirada son vínculos de más que se forman
entre
Yo y la criatura. Cada palabra es una unión mayor, un
mayor
estrechamiento; y en cuanto el alma se siente mirada,
la gracia
comienza su trabajo. Si la mirada o la palabra ha sido
dulce,
benigna, el alma dice: ‘Cómo era bella, penetrante,
suave,
melodiosa, ¿cómo no amarlo?’ O bien si ha sido una
mirada o
palabra majestuosa, fulgurante de luz, dice: ‘Qué
majestad,
qué grandeza, qué luz tan penetrante, cómo me siento
pequeña, cómo soy miserable, cuántas tinieblas en mí ante
esa
luz tan fulgurante’. Si te quisiera decir la potencia,
la gracia, el
bien que lleva mi palabra o mirada, cuántos libros te
haría
escribir”.
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15-34
Julio 5, 1923
Estaba acompañando a mi penante Jesús en las horas de
su
amarguísima Pasión, especialmente cuando fue
presentado y
acusado por los judíos ante Pilatos, y Pilatos, no
contento con
las simples acusaciones que le hacían, volvía a los
interrogatorios para encontrar, o causa suficiente
para
condenarlo o para liberarlo. Y Jesús, hablándome en mi
interior
me ha dicho:
"Hija mía, todo en mi Vida es misterio profundo y
enseñanzas sublimes, en las cuales el hombre debe
mirarse
como en un espejo para imitarme. Tú debes saber que
era
tanta la soberbia de los judíos, especialmente por la
fingida
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santidad que profesaban, por la que eran tenidos por
hombres
rectos y concienzudos, que creían que sólo con
presentarme
ellos y decir que me habían encontrado culpable y reo
de
muerte, Pilatos debía creerles y sin interrogarlos
debía
condenarme, mucho más porque estaban tratando con un
juez
gentil que no tenía ni conocimiento de Dios ni
conciencia. Pero
Dios dispuso diversamente para confundirlos y para
enseñar a
los superiores que por mucho que parezcan buenas y
santas
las personas que acusan a un pobre reo, no les crean
fácilmente, sino que las interroguen cuidadosamente
para ver
si están en la verdad, o bien, ver si bajo aquel
vestido de
bondad hay algunos celos, rencores, o es para obtener
de los
superiores, haciéndose camino en sus corazones, algún
puesto
o dignidad que ambicionan. El escrutinio hace conocer
a las
personas, las confunde y se muestra que no se tiene
confianza
en ellas, y al no verse apreciadas se quitan el
pensamiento de
ambicionar puestos o de acusar a otros. Cuánto mal
hacen
aquellos superiores cuando a ojos cerrados, fiándose
de una
fingida bondad, no de una virtud probada, los ponen en
un
puesto, o dan oídos a quien acusa a otro de alguna
falta.
Cuánto no quedaron humillados los judíos al no ser
creídos
fácilmente por Pilatos y al sufrir tantos
interrogatorios, y si
cedió en condenarme no fue porque les creyera, sino
forzado y
para no perder su puesto; esto los confundió, de modo
que
quedó como marca sobre su frente una extrema confusión
y
una humillación profunda, mucho más que descubrían más
rectitud y más conciencia en un juez gentil que en
ellos. Cuán
necesario y justo es el escrutinio, arroja luz,
produce calma en
los verdaderos buenos y confusión en los malos. Y
cuando
queriendo examinarme Pilatos me preguntó: ‘¿Tú eres
rey? Y
¿dónde está tu reino?’ Yo quise dar otra sublime
lección con
decir: ‘Yo soy rey’. Y quería decir: ‘¿Pero sabes tú
cuál es mi
reino? Mi reino son mis dolores, mi sangre, mis
virtudes; éste
es el verdadero reino, que no fuera de Mí, sino dentro
de Mí
poseo, lo que se posee por afuera no es verdadero
reino ni
seguro dominio, porque lo que no está dentro del
hombre le
puede ser quitado, usurpado y será obligado a dejarlo;
en
cambio lo que está dentro nadie se lo podrá quitar, el
dominio
será eterno dentro de él. Las características de mi
reino son
mis llagas, las espinas, la cruz, donde no hago como
los
demás reyes, que hacen vivir a sus pueblos fuera de
ellos, en
la inseguridad y tal vez en ayunas; Yo no, Yo llamo a
mis
pueblos a habitar en las estancias de mis llagas,
fortificados y
defendidos por mis dolores, quitada su sed por mi
sangre,
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alimentados por mi carne, y sólo esto es el verdadero
reinar,
todos los demás reinos son reinos de esclavitud, de
peligros y
de muerte; en mi reino está la verdadera vida. Cuántas
enseñanzas sublimes, cuántos misterios profundos en
mis
palabras, cada alma debería decirse a sí misma en las
penas y
dolores, en las humillaciones y abandonos de todos, al
practicar las verdaderas virtudes: ‘Este es mi reino,
no sujeto a
perecer, nadie me lo puede quitar ni tocar, es más, mi
reino es
eterno y divino, semejante al de mi dulce Jesús, mis
dolores y
penas me lo certifican y me vuelven el reino más
fortificado y
aguerrido, tanto, que ninguno podrá hacerme guerra en
vista
de mi gran fortaleza’. Este es reino de paz, que
deberían
ambicionar todos mis hijos".
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16-2
Julio 16, 1923
Estaba pensando en la Pasión de mi dulce Jesús y
sentía
sus penas junto a mí, como si ahora las estuviera Él
sufriendo,
y mirándome me ha dicho:
“Hija mía, Yo sufrí todo en mi Voluntad, y a medida
que
sufría mis penas abrían tantos caminos en mi Voluntad
para
llegar a cada criatura. Si no hubiera sufrido en mi
Voluntad, que
envuelve todo, mis penas no habrían llegado hasta ti,
ni hasta
todos y cada uno, habrían quedado con mi Humanidad; es
más, con haberlas sufrido en mi Voluntad no sólo
abrían tantos
caminos para ir a todas las criaturas, sino que abrían
también
tantos otros para hacerlas entrar a ellas hasta Mí, y
unirse con
esas penas y darme cada una de las penas que con sus
ofensas me debían dar en todo el curso de los siglos,
y
mientras Yo estaba bajo la tempestad de los golpes, mi
Voluntad me traía a cada una de las criaturas a
golpearme, así
que no fueron sólo aquellos los que me flagelaron,
sino las
criaturas de todos los tiempos, que habrían con sus
ofensas
concurrido a la bárbara flagelación, y así en todas
las demás
penas mi Voluntad me traía a todos, ninguno faltaba a
la
llamada, todos me estaban presentes, ninguno faltó,
por eso
mis penas fueron ¡oh, cuánto más duras, más múltiples
que las
que se vieron! Entonces si quieres que los
ofrecimientos de mis
penas, tu compasión y reparación, tus pequeñas penas,
no
sólo lleguen hasta Mí, sino que hagan los mismos
caminos de
las mías, haz que todo entre en mi Querer, y todas las
generaciones recibirán los efectos. Y no sólo mis
penas, sino
153
también mis palabras, porque dichas en mi Voluntad
llegaban a
todos, como por ejemplo cuando Pilatos me preguntó si
Yo era
rey y Yo le respondí: ‘Mi reino no es de este mundo,
si de este
mundo fuera, millones de legiones de ángeles me
defenderían’.
Y Pilatos al verme tan pobre, humillado, despreciado,
se
asombró y dijo más marcado: ¡Cómo! ¿Tú eres rey?’ Y Yo
con
firmeza le respondí a él y a todos los que se
encuentran en
algún puesto: ‘Rey soy Yo, y he venido al mundo a
enseñar la
verdad, y la verdad es que no son los puestos, los
reinos, las
dignidades, el derecho de mando lo que hace reinar al
hombre,
lo que lo ennoblece, lo que lo eleva sobre todos; es
más, éstas
cosas son esclavitudes, miserias, que lo hacen servir
a viles
pasiones, a hombres injustos, cometiendo también él
tantos
actos de injusticia que lo desnoblecen, lo arrojan en
el fango y
le atraen el odio de sus dependientes, así que las
riquezas son
esclavitudes, los puestos son espadas con las que
muchos
quedan muertos o heridos; el verdadero reinar es la
virtud, el
despojamiento de todo, el sacrificarse por todos, el
someterse
a todos, y esto es el verdadero reinar que vincula a
todos y se
hace amar por todos, por eso mi reino no tendrá jamás
fin, y el
tuyo está próximo a perecer’. Y estas palabras en mi
Voluntad
las hacía llegar a los oídos de todos aquellos que se
encuentran en puestos de autoridad, para hacerles
conocer el
gran peligro en el que se encuentran, y para poner en
guardia
a quienes aspiran a los puestos, a las dignidades, al
mando”.
+ + +
20-45
Enero 4, 1927
Después de esto estaba siguiendo a mi apasionado Jesús
en la Pasión, y habiendo llegado al punto cuando
Herodes lo
acosaba a preguntas y Él callaba, pensaba entre mí:
“Si Jesús
hubiese hablado tal vez aquél se hubiera convertido”.
Y Jesús
moviéndose en mi interior me ha dicho:
“Hija mía, Herodes no me preguntó para conocer la
verdad
sino para curiosear y burlarse de Mí, y si Yo hubiese
respondido habría hecho burla de él, porque cuando
falta la
voluntad de conocer la verdad y de llevarla a cabo,
falta el
humor en el alma para recibir el calor que lleva
consigo la luz
de mis verdades; este calor no encontrando la humedad
para
hacer germinar y fecundar la verdad, quema de más y
hace
secar el bien que puede producir. Sucede como al sol,
que
cuando no encuentra la humedad en las plantas, su
calor sirve
154
para secar y quemar la vida de las plantas, pero si
encuentra
humedad hace prodigios, por eso la verdad es bella, es
amable, es la restauradora y fecundadora de las almas,
con su
calor y luz forma prodigios de desarrollo, de gracias
y de
santidad, pero esto para quien ama conocerla para
hacerla;
pero para quien no ama hacerla, la verdad se burla de
ellos en
vez de quedar burlada”.
+ + +
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